Keyper, el perro-robot que vela por la seguridad en las plantas industriales
Publicado por Innovaspain (13 junio 2024)
Las plantas industriales son un mundo aparte donde la seguridad y la monitorización de múltiples parámetros exige importantes esfuerzos técnicos y humanos. La startup Keybotic nació para cambiar el paradigma de la robótica en entornos -industria química, minería, empresas energéticas, infraestructuras críticas- donde este tipo de soluciones se estaban haciendo esperar.
Como explica a Innovaspain Irene Gómez, CEO y cofundadora de la empresa, todo empezó con una reflexión. “Era el año 2019, y estaba claro que la industria tenía un problema. La robotización ya había entrado en almacenes y otros lugares aptos por su diseño. En las plantas industriales, distribuidas en varias alturas, las cosas no eran tan sencillas; los robots debían tener patas y ser autónomos, sin la necesidad de que alguien operara con ellos constantemente”.
Con un punto de osadía, se presentaron al DARPA Robotics Challenge, un concurso promovido por el gobierno de Estados Unidos al que son convocadas las universidades punteras en robótica de todo el mundo. “Nadie lo esperaba, pero ganamos. Aún hay a quien le cuesta creerlo”. Su propuesta fue considerada la más avanzada en autonomía y capacidad de flota. Aquel primer millón de dólares les dio el impulso suficiente para desarrollar Keyper, el nombre propio de su perro-robot autónomo. Sus cuatro patas le permiten acceder a todas las zonas de las plantas, incluidas aquellas que presentan riesgos para las personas, e informar en tiempo real cuando detecta una incidencia.
Crecer a buen ritmo
Desde el hito del premio en EEUU, todo ha ido muy rápido. En 2022, pusieron a funcionar el primer Keyper y en 2023 llevaron a cabo las pruebas con clientes. “Este año estamos entregando los primeros robots, que ya trabajan en las plantas industriales”. Irene Gómez se queda con un dato que ayuda a entender el escalado de la compañía: el 76 % del presupuesto del Keybotic es destinado al área de I+D. “Nos ocupamos de todo el desarrollo del robot, y ese es uno de nuestros valores diferenciales. Diseñamos la electrónica, la mecánica, el software… La robótica de ‘patas’ es la más compleja a nivel mundial”, detalla. Keyper puede subir y bajar escaleras y pendientes, gatear en espacios reducidos y mantener el equilibrio en terrenos cambiantes, como la grava.
Gómez destaca que Keyper no es un robot cualquiera en navegación, locomoción, diseño y percepción. “Muy pocas empresas en el mundo hacen algo así. Damos soluciones. No hacemos un robot porque sí, sino para ayudar al cliente ante una o varias necesidades en plantas industriales, donde existen riesgos de toxicidad, sustancias y gases inflamables, corrosivas… El perro-robot también puede informar de otras muchas cosas como, por ejemplo, si algún trabajador no lleva puesto el casco reglamentario”.
La emprendedora asegura que Keybotic atraviesa un momento dulce. “Todo es ‘culpa’ de un equipo de súper expertos y números uno en sus respectivos campos”. Por el momento sólo venden en España, pero están cerrando acuerdos de partnership para dar el salto internacional. “La robótica industrial y la robótica como servicio en general no van a dejar de crecer”. En la empresa siguen invirtiendo en disrupción para mantenerse a la vanguardia. “La inteligencia artificial nos ayuda a ser más ágiles en los procesos. En lo que afecta directamente al robot, la IA consigue que aprenda a andar solo. De lo contrario, alguien tendría que estar picando código para que moviera una pierna… ahora aprende a través de la simulación”.